El ají de gallina: un plato imprescindible

El ají de gallina: un plato imprescindible

Seguramente habrás oído hablar del ají de gallina en más de una ocasión. Es de esos platos típicos de Perú que no puedes dejar de probar si vas de visita a esta región. De todas formas, es un plato que cada día se extiende a más regiones y eso hace que sea muy amado por cualquier invitado a tu mesa.

Origen del ají de gallina

El origen del ají de gallina siempre ha despertado mucha curiosidad. Es un plato que ya se elaboraba en el siglo XIV en Cataluña y consistía en una pechuga de gallina hervida cortada en trozos y sazonada con azúcar, nueces, almendras y que se espesaba con harina y arroz.

En otras ocasiones se reemplaza la carne de gallina por otro tipo de carne, pero la esencia del plato es la misma. Posteriormente, este plato viajó hasta Perú, donde se convirtió en Ají de gallina tal y como la conocemos hoy.

Cómo se elabora el ají de gallina

El ají de gallina suele elaborarse por varios ingredientes básicos, aunque puedes realizar variantes del plato. Los ingredientes básicos de este plato lo forman la pechuga de pollo entera, un litro de agua, caldo de pollo, aceite, una cebolla picada fina, dos pimientos amarillos sin pepitas, 6 rebanadas de pan de molde blanco sin borde, leche evaporada, cúrcuma, queso parmesano, nueces picadas, sal, pimienta y un huevo.

Proceso de elaboración del ají de gallina

El proceso de elaboración de ají de gallina es muy sencillo. Si sigues estos simples pasos lograrás tener un plato muy rico y completo. Para empezar, necesitarás poner agua en una olla de gran tamaño y añadir el caldo de pollo.

Una vez que está un poco caliente, añade la pechuga de pollo entera y cocínala durante 30 minutos o hasta que veas que el pollo está cocido. Una vez que el pollo esté cocido, sácalo del caldo y deshiláchalo en tiras finas.

Tendrás que separar el pollo del caldo donde lo has cocinado. Mientras puedes calentar aceite y sofreír la cebolla con el pimiento y condimentar con sal y pimienta. Cocina la cebolla hasta que esté fina y transparente.

Por otra parte, puedes remojar el pan en el caldo que has separado de haber cocido el pollo. Vierte el pan junto con la cebolla, los pimientos y la leche evaporada en una trituradora y bate todo hasta obtener una crema suave.

Vierte esta mezcla en la olla junto con al pollo y la cúrcuma, y añade el queso y las nueces. Cocina todo durante otros 8 minutos. En caso de que veas que está muy espeso el caldo puedes añadir un poco más de caldo de pollo.

Finalmente, sirve acompañándolo de alguna guarnición como arroz o patatas. También suele ser habitual añadir un poco de huevo cocido a la preparación.

Sin duda, si sigues estos pasos obtendrás una receta muy rica y que no dejará indiferente a ninguno de tus comensales. Es un plato muy sencillo y de un sabor muy sabroso.

Imagen de lifeforstock en Freepik

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